La falta de consenso amenaza la declaración de parque nacional dels Ports, que abarca 35.000 hectáreas de pastos, bosques, cultivos y riachuelos a lo largo de tres comarcas de Tarragona: la Terra Alta, Montsià y Baix Ebre. Las limitaciones en la caza, la ganadería y otras actividades privadas que conllevaría otorgar mayor protección al paraje —actualmente, parque natural gestionado por la Generalitat, mientras los parques nacionales son competencia del Estado— son las principales causas de que no haya acuerdo. Algunos ayuntamientos rechazan la medida y se quejan de falta de información y recursos.
La posibilidad de convertir una parte dels Ports en el segundo parque nacional de Cataluña —después del de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici (Lleida)— fue puesta sobre la mesa este verano. El Departamento Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat sopesó la iniciativa. A petición de la presidencia del parque y con fondos de la Diputación de Tarragona, la Cátedra de Economía de la Universidad Rovira y Virgili realizó un informe de impacto económico. El presidente dels Ports es el alcalde de Prat de Compte (Terra Alta), Joan Josep Malràs (CiU), que es el principal impulsor de medida.
El informe señala que el proyecto generaría la creación de unos 600 puestos de trabajo y unos ingresos cercanos a los 40 millones de euros anuales. En contrapartida, otras actividades económicas que se desarrollan en el macizo —la ganadería, la caza o los cultivos— se verían afectadas por las rígidas normativas de protección medioambiental que entraña el reconocimiento.
Esos inconvenientes han llevado a algunos de los alcaldes de los nueve municipios que integran la zona a rechazar la propuesta. “No lo veo factible, en el parque se está conviviendo, la gente recoge setas, trufas, hay cajas de abejas con las que recolectan miel, se realiza montañismo y excursiones…todo esto quedaría restringido”, expone Josep Mas PSC-PMC), primer edil de Alfara de Carles (Baix Ebre), cuyo municipio incluye 6.058 hectáreas de parque. Su homólogo de Horta de Sant Joan (Terra Alta), José Antolí (PP), coincide con él. “Genera incertidumbre. No nos han explicado nada. Tenemos una reserva de caza, la cabra hispánica y el jabalí, se han hecho limpiezas para que crezca la hierba, estamos creando pastos, tenemos rebaños de ganado…necesitamos muchas explicaciones y debate”, afirma Antolí.
La conversión dels Ports en parque nacional debe ser aprobada primero por el Parlament y después ratificado por el Gobierno central. En este sentido, Francesc Gas (ERC), alcalde de Roquetes (Baix Ebre), echa mano del proceso soberanista para desestimar el proyecto. “Con la actual coyuntura política no es adecuado crear la figura de un parque que dependería exclusivamente del Estado, no vamos a proclamar la independencia mientras creamos estructuras de Estado para Cataluña haciendo esto, está mal planteando desde un inicio”, dice el alcalde. Incluso el delegado de la Generalitat en las Tierras del Ebro, Xavier Pallarès (CiU), que compagina el cargo con la alcaldía de Arnes (Terra Alta), duda de la posibilidad. “En este parque hay márgenes habitados y una convivencia muy directa con el trabajo de las personas Es complicado: debemos sentarnos y analizar los elementos positivos y negativos; nos daría categoría y sería un buen reclamo turístico”, asevera Pallarès.
Ante la oposición de parte del territorio, el consejero de Territorio, Santi Vila, mantiene que la catalogación no se impondrá y que solo saldrá adelante con el apoyo de los agentes socioeconómicos y los municipios de la zona. “Un parque natural regula pero también permite muchas actividades. Un parque nacional, no; tiene la vocación sobre todo de conservar y proteger. Garantiza que, desde el punto de vista medioambiental, en esa zona no se haga prácticamente nada. La reflexión debe hacerse con rigor. La Generalitat está dispuesta a hacerla, pero con estas cautelas”, afirmó el consejero.
El programa electoral de CiU y la agenda del Gobierno catalán sí prevé ampliar las hectáreas del parque dels Ports, al que podrían incorporarse las sierras de Pàndols y Cavalls. Los alcaldes no ven problema en ello, pero creen que es improbable por falta de recursos: el presupuesto del parque se ha reducido a la mitad en los últimos años. “Estaría de acuerdo si se ponen los recursos necesarios para una buena gestión, pero lo dudo porque ahora no se está cumpliendo”, sentencia el alcalde Roquetes.
