La ya tradicional presencia de la fauna cinegética por toda Catalunya ha supuesto siempre y todavía sigue suponiendo un grave problema para las empresas de frutas y verduras, que deben lidiar con la visita de estos animales en sus campos de cultivo y tomar medidas para que no acaben con toda su cosecha. Entre los animales que conforman esta fauna hay sobre todo aves (principalmente estorninos y tudones, aunque también se incluyen las garzas), pero se extiende a animales mamíferos como los conejos, los jabalíes o los corzos.
Ernest Mas es el responsable técnico de Verdcamp Fruits de Cambrils que, con sus 380 hectáreas de cultivos, es una de las empresas afectadas por la fauna cinegética. «El año pasado fue especialmente grave en cuanto a los estorninos y los tudones. Con una sola volada, en hora y media los estorninos se nos comieron 3 hectáreas enteras de cosecha», explica. Mas lamenta que de estas aves «hay todo el año y ya no sabemos qué hacer para alejarlas». Una opción es la caza (dentro de los límites legales regulados) pero en el caso de estos animales no es la solución porque «no son un atractivo para los cazadores y, además, cada vez hay menos gente que se dedica a esto».
Por esto desde Verdcamp Fruits se han tomado otro tipo de medidas como instalar aparatos sonoros que ahuyenten a estas aves o tapar los cultivos con mallas aunque esta última solución, reconoce Mas, «es muy costosa». Una medida que tiene en mente Mas es el hacking, es decir, poner un cierto número de pollos en un nido artificial que sean capaces de termorregular y alimentarse por sí mismos. Diariamente se suministra en el nido suficiente cantidad de alimento para que sobrevivan de modo que no tengan que ir a los cultivos a buscar más.
Medidas desde la Generalitat
Estas son las medidas que se han tomado a nivel privado. Ya a nivel de la Generalitat, Àngel Xifré, Director dels Serveis Territorials del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació de la Generalitat a Tarragona, explicó al Diari que des del Departament se ha elaborado el Plan de prevención de los daños y riesgos ocasionados por la fauna cinegética y que ha sido aprobado por acuerdo del Gobierno. El objetivo general del plan es «establecer una estrategia para equilibrar el ecosistema, además de establecer un nuevo marco legal, administrativo y operativo para hacer frente a los nuevos retos que generan los elevados niveles poblacionales a los que han llegado alguna especies cinegéticas». A partir de aquí, pues, «prevenir y controlar los riesgos y daños que generan».
El plan, explicó Xifré, se divide en tres ejes que conforman un total de 19 actuaciones estratégicas. El primer eje es el del marco legal que incluye la tramitación de la Llei de caça de Catalunya y del Decret de carn de caça. El segundo gira en torno a la coordinación y participación de los distintos organismos en el control de la fauna cinegética. Xifré puntualizó que en la demarcación de Tarragona «se han creado los órganos de coordinación de la zona de seguridad de Cambrils y Mont-roig delCamp, de la de Reus y de la de Vila-seca, Salou y La Canonja.
Los promotores de cada zona serán los ayuntamientos que, junto con todos los sectores implicados, discutirán y coordinarán las actuaciones que se deban llevar a cabo para prevenir los daños de ña fauna cinegética en estas zonas». Finalmente, el tercer eje del plan es referente a las acciones y medidas de gestión y prevención, dentro del cual Xifré destacó que «la simplificación en la comunicación y tramitación de los expedientes por daños ha permitido que en la demarcación de Tarragona se hayan tramitado durante la campaña del 2018, 270 autorizaciones excepcionales de caza por daños».
Daños difíciles de medir
Que la fauna cinegética daña y destroza todo tipo de cultivos es un hecho probado y contrastado. Aun así, ni Ernest Mas ni Àngel Xifré pueden ofrecer una cifra concreta de los daños que ocasiona en las cosechas. «Supondría un trabajo muy complejo que requeriría aportar muchos recursos, pero tenemos indicadores que nos dan la información necesaria para saber dónde actuar y sobre qué especie», explicó Xifré. Por su parte, Mas habló de los seguros que cubren los daños, pero «estos animales se comen la parte verde de la planta sin aniquilarla, pero ésta ya no sirve», lo que complica aun más el contabilizar el daño final.
Maria Pedrerol
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