LAS PALOMAS TORCACES HAN ADELANTADO UN MES SU CELO

En mi lugar de residencia, Tarragona, y cercano a la costa, la primera pollada volandera de jóvenes torcaces la tenía situada por San José (19 de marzo). A su vez, en los últimos años, incluso la última puesta nos dejaba ver pollos volanderos en la primera semana de octubre.

Tres puestas como mínimo

Este año puedo citar como el 6 de noviembre la primera vez que oí el canto de los machos, así como sus aleteos característicos de galanteo. La semana anterior a Navidad pude comprobar el cortejo, arrullo y cópula de varias parejas de torcaces. Están aseguradas tres puestas como mínimo.

Daños a la agricultura y caza

Los daños a la agricultura de la torcaz son muy cuantiosos en el Camp de Tarragona. Las características agroambientales de zona costanera y con las grandes extensiones de zonas de seguridad y cultivos de guisante, cereal, avellana, uva y aceituna, seguido de huerta, la convierten en un endemoniado enemigo del agricultor. Así, bajo la cuantía de daños, se la caza prácticamente todo el año.

Y los números y capturas cantan: en autorizaciones especiales por daños, 18.567; en los cuatro días de la media veda, 35.056; y en el periodo de la temporada general, 17.980: (Datos Agricultura / Camp de Tarragona).

Zonas de seguridad y expansión de la torcaz

Las denominadas hoy zonas de seguridad, áreas donde no está permitida la caza por razones obvias, donde se dan unas circunstancias que no aconsejan la actividad cinegética, han jugado una baza importante para la expansión de la paloma.

La astucia de esta ave, unida a su extensa dieta, principalmente vegetal, la práctica ausencia de depredadores como las rapaces en zonas urbanas y, cómo no, el cambio climático, propician la abundancia de torcaces.

También la torcaz utiliza las ciudades, campings y urbanizaciones como dormitorio y refugio. Los días de caza busca posarse cerca de carreteras, autovías, polígonos industriales y cualquier zona urbanizada o infraestructuras viarias. Todo ello motiva más su supervivencia.

En Europa también sucede

He estado observando a las torcaces en varios países de Europa, y la tónica general es la misma: abundancia y amansamiento donde comparten espacio con palomas bravías y tórtolas turcas. Treinta años atrás era impensable que una torcaz acudiera a comer de tu mano. A mí me ha costado tres años el conseguirlo en mi casa.

Joaquim Vidal