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PLAN PARA DEVOLVER EL LINCE BOREAL AL VALL D’ARAN



Plan para devolver el lince boreal al Vall d’Aran

AFP / CRISTINA QUICLER

Plan para devolver el lince boreal al Vall d’Aran

AFP / CRISTINA QUICLER

27/03/2016
Medio Ambiente y el Conselh Generau d’Aran liberarán tres ejemplares. Los animales serán esterilizados y llevarán un collar equipado con GPS

La península Ibérica recuperará el lince boreal después de siglos extinguido. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con la colaboración del Conselh Generau d’Aran, tiene previsto liberar tres ejemplares en los próximos meses en el Vall d’Aran. Aunque no hay aún una fecha fijada para la reintroducción de los ejemplares, se sabe que el proyecto piloto tendrá una duración de dos años y medio. Así lo confirma el presidente de la Associació de Ramaders de Vaques del Vall d’Aran, Antonio Ané, quien asegura que el Conselh ya se ha reunido dos veces con representantes de ganaderos y cazadores de la comarca para informarles sobre el plan. Tras el segundo encuentro, ambos sectores dieron su visto bueno a la iniciativa. Pero solo por el momento.    

 

«Nos prometieron que si durante este tiempo la cosa no iba bien, no seguirían adelante tras finalizar la fase de pruebas. Además, aseguraron que en caso de que nuestro ganado recibiera algún ataque del lince boreal nos pagarían los daños ocasionados», apunta Ané. El ganadero no sabe si será así o si se trata solo de «una historia» que les han explicado. En ese sentido, asegura que cuando introdujeron el oso les pasó lo mismo: «Nos prometieron tenerlos controlados y costear los daños ocasionados, y a día de hoy tenemos más de una treintena de plantígrados en el valle y solo cobramos una parte de los desperfectos».    

 

Por su parte, los cazadores no quieren precipitarse a la hora de hacer declaraciones. La Societat de Caça e Pesca de la Vall d’Aran prefiere consensuar el proyecto con el resto de socios, ya que no todos tienen la misma opinión.    

 

UN MACHO Y DOS HEMBRAS  

 

Los tres ejemplares que se introducirán, un macho y dos hembras, estarán localizados en todo momento. Los animales llevarán un collar equipado con un GPS para registrar sus movimientos y la posición en la que se encuentran. Y todos estarán esterilizados para que no se reproduzcan.  

 

Lo que todavía no se ha decidido es la zona donde se soltarán. Fuentes del Conselh han confirmado que están a la espera de fijar un encuentro con los ayuntamientos y las entidades municipales descentralizadas (EMD) para valorar la situación y buscar la mejor ubicación en el valle. A pesar de haber aprobado el proyecto, los ganaderos y los cazadores lo miran con cierto recelo. Al ser el lince boreal una especie aún desconocida en Catalunya, no saben cómo reaccionará el animal cuando se encuentre con las reses, que en verano pastan solas durante semanas por la montaña.    

 

«Introducen osos, linces boreales... y llegará un punto en que se protegerá más a los grandes depredadores que a los animales de la zona, como las vacas y las ovejas», lamenta Ané, un poco molesto. El presidente de la asociación de ganaderos araneses considera que todos los proyectos del valle van en contra del sector, fuertemente castigado por todos lados. Él sabe que la especie que está por llegar come pequeños depredadores como zorros, pero desconoce cómo reaccionará, por ejemplo, con los terneros recién nacidos.    

 

Las condiciones que propiciaron la extinción del lince boreal en Catalunya en las primeras décadas del siglo XX han cambiado: la caza está regulada, el bosque ha recuperado terreno perdido y los corzos, las liebres y otros mamíferos que constituían la base de su dieta se han multiplicado de tal manera que en algunos casos hay incluso superpoblación. Además, la presencia humana sigue siendo limitada. «No solo creo que el lince se adaptaría sin problemas, sino que hay muchos territorios que son potencialmente buenos para acogerlos, por no decir óptimos», considera David Guixé, investigador del Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya.    

 

ESTUDIO ANTERIOR  

 

De hecho, en el 2005, por encargo de la Generalitat, se realizó un estudio para explorar las posibilidades de la reintroducción, pero nunca llegó a cristalizar, recuerda el director del área de Territorio y Medio Ambiente de la Fundació Catalunya-La Pedrera, Miquel Rafa. Fruto de aquella iniciativa, el centro de naturaleza de Les Planes de Son (Món Natura Pirineus) incorporó dos linces en cautividad –procedentes de un zoo– para un programa de educación ambiental. Aún hoy se pueden contemplar.    

 

Los ganaderos exigen medidas de control de la fauna salvaje

 

Vacas, ovejas y caballos son los animales más afectados por la fauna salvaje que se libera en el Pirineo. Y sus propietarios están cada día más molestos con la situación. Por eso, el sindicato Unió de Pagesos (UP) ha reclamado a la Generalitat que se replantee urgentemente la gestión de este tipo de animales, ya que las medidas de los últimos años han resultado ser «ineficaces».    

 

Durante la primavera es cuando más ataques sufren. Especialmente por parte de los buitres. UP solicita, pues, a la administración medidas de ayuda al sector ganadero y una intensificación de la vigilancia en zonas con más riesgo de agresiones. Una problemática a la que se añade la proliferación de osos pardos en los últimos años. El sindicato pide que se limite el número de plantígrados en el valle, y que no se libere ningún ejemplar más.    

 

El ‘gatillop’ vuelve al Pirineo

 

El también llamado lince euroasiático pesa como máximo 30 kilos y habita en bosques caducifolios  

En Europa se concentra en el norte y los Cárpatos  

 

El lince boreal o euroasiático es el representante de mayor tamaño de los linces o Lynx, género de felinos característicos de todo el hemisferio norte, con un peso máximo de 30 kilos en el caso de los machos. Vive de manera dispersa en un vasto territorio desde Europa central hasta el extremo oriental de Rusia, incluyendo zonas del Cáucaso, Tibet y Mongolia.  

 

En la Unión Europea, las mayores poblaciones se concentran en el norte (Noruega, Suecia y Finlandia) y los Cárpatos (Rumanía, República Checa), en ambos casos con más de 2.000 ejemplares, pero también hay núcleos más pequeños en una decena de países más. Los más cercanos a España se encuentran en los Alpes franceses y el Jura, donde existe actualmente un programa de reintroducción.    

 

El lince boreal es en Europa una especie forestal característica de bosques caducifolios (hayas), combinados con coníferas y prados alpinos. «En Catalunya tenemos mucho terreno de esas características, con pino negro, pino albar y abetos», recuerda David Guixé, investigador del Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya (CTFC), en Solsona, y autor del libro Els mamífers carnívors d’Andorra. Lo mismo opina Miquel Rafa, director del área de Territorio y Medio Ambiente de la Fundació Catalunya-La Pedrera. «Tenemos zonas muy aptas, como en el Vall d’Aran, Cadí, Vall de Ribes, Alta Ribagorça...», explica. Incluso la gran finca de la Fundació Catalunya-La Pedrera en Alinyà, en el Alt Urgell, habría sido un buen lugar «para comprobar la viabilidad de la reintroducción», prosigue.    

 

El lince boreal, conocido como gatillop en el Pirineo, no debe ser confundido con su pariente el lince ibérico, explica Guixé, de tamaño muy inferior y color más oscuro. Este se extendía hasta el siglo XIX por todo el Pirineo catalán, donde era conocido como gatillop o llop cerver, y aparece citado en repetidas ocasiones en la obra de Jacint Verdaguer. «Sin embargo, como el lobo y el oso, fue sometido a una persecución implacable», añade. Se llegaron a pagar recompensas por acabar con ellos.    

 

Muy posiblemente también vivía más al sur, aunque de forma menos habitual. En este sentido, Rafa recuerda también que ambas especies llegaron a coincidir en Catalunya. «Hay citas aisladas de lince ibériCo y de lince boreal hasta bien entrado el pasado siglo, incluso en los años 90», señala.    

 

Guixé explica que la presencia de linces podría ser buena para controlar la superpoblación de corzos, gamos y rebecos, que en algunos municipios han ocasionado problemas. «Ayudaría a equilibrar el ecosistema», insiste Rafa.    

 

Una especie discreta    

 

Aunque en las zonas de Francia donde se ha reintroducido se han registrado ataques a ovejas, Rafa considera que el lince boreal no es particularmente conflictivo: «Es una especie sumamente discreta que rechaza la presencia humana». En cualquier caso, insiste, lo esencial es comprobar la disposición de los vecinos: «Si en la zona dicen que no, sería implanteable».    

 

Antes de un plan estricto de reintroducción, es necesario observar cómo se aclimatan unos pocos ejemplares. En cualquier caso, el investigador del CTFC afirma que es inevitable que los linces boreales acaben llegando desde los Alpes, «como ya han hecho las marmotas y los lobos».    

 

LAURA BIELA/ANTONIO MADRIDEJOS

LLEIDA/BARCELONA





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